A todos nos ha pasado que, al hacer una compra, guardamos nuestros tickets en la cartera, la bolsa del pantalón, dónde guardamos nuestra compra o incluso en algún compartimento de nuestro auto, para después tirarlos en cualquier bote de basura, pues pensamos que ya no tienen ningún valor.
Lo primero que hay que destacar es que estos son documentos fiscales, por lo que sí tienen una importancia, dependiendo del régimen en el que te encuentres, a la hora de hacer las declaraciones ante el fisco.
Otra de las utilidades que tienen los también conocidos como factura simplificada, es que en caso de una devolución o cambio necesitas presentarlos en el establecimiento en el que hayas adquirido el objeto en cuestión.
La información que puedes encontrar en este pequeño pedazo de papel cuenta con el número y serie correlativa, la fecha y hora de la operación, el nombre del establecimiento y dirección, el NIF e identificación del expedidor, la descripción del servicio o el desglose de cada artículo o servicios prestados, el tipo impuesto aplicado, los descuentos en caso de que existan, el importe de la compra e incluso en ocasiones aparece la forma de pago.
Para la finalidad relacionada con el producto que compraste, puedes guardar el ticket como máximo un mes, mientras que en el caso de productos electrónicos que cuyo tiempo de garantía es aún mayor, por lo que para este fin el ticket debes guardarlo a lo largo de seis meses y en el caso de compras más especializadas, este documento tiene que ser guardado alrededor de dos años
Otra función es en el ámbito legal, pues en caso de requieras que te paguen algún daño o sufras el robo de un objeto, necesitas demostrar la propiedad del mismo.
Por su parte, los establecimientos están obligados a conservar estos documentos, hasta seis años después de su emisión.
¿CÓMO DESTRUIR TUS TICKETS PARA EVITAR EL ROBO DE DATOS?
Una de las maneras de deshacerte de estos documentos es esperar que los datos que se encuentran en el documento desaparezcan, para que posteriormente lo deseches en cualquier bote de basura.
Otra opción es rayar los datos que ahí aparecen para evitar ser víctima de extorsión en caso de haber pagado con tarjeta.
Finalmente, la manera más común de desechar los tickets es rompiéndolos en pedazos diminutos para que los datos no puedan ser vistos por un tercero.
Fuente: El Sol De Puebla